En un largo río, de difícil travesía, había un barquero que atravesaba a las personas de un lado a otro.
En uno de esos viajes, iba un abogado y una profesora.
Como gustaba hablar mucho, el abogado le preguntó al barquero:
- ¿Compañero, usted entiende de leyes? - No, respondió él.
El abogado compadecido dijo:
- Es una pena, que usted haya perdido la mitad de la vida sin aprender.
La profesora muy social, entró en la conversación:
- ¿Señor barquero, usted sabe leer y escribir?
- Tampoco, respondió él.
- ¡Que pena! Comento la maestra- Usted ha perdido la mitad de su vida sin aprender!
En eso llegó una ola bastante fuerte y volteó la lancha. El barquero preocupado, preguntó:
- ¿Ustedes saben nadar?
- ¡NO! Respondieron ellos rápidamente.
- Entonces es una pena- dijo el barquero. Ustedes perderán toda la vida.
En esta vida nos preparamos para desempeñar tal o cual oficio, lo cual está muy bien, pero muy pocas veces nos preparamos para la vida. especialmente para vivir un estilo de vida como lo es el matrimonio, son muchos los que se casan sin saber siquiera lo que hacen y lo que significa tal compromiso, y a los primeros vientos huracanados o a las primeras oleadas, se tambalea el barco o se nos hunde, y como no sabemos nadar, hasta aquí vida matrimonial. y luego culpamos al matrimonio, como si fuera este Sacramento, el culpable de no haber aprendido a nadar. por eso preparate para la vida y aprende hasta del que parece que menos sabe, porque muchas veces el que parece más ignorante nos da grandes lecciones de vida y de perseberancia en esta escuela de natación que es la vida.
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