DIÓCESIS CUAUHTÉMOC-MADERA PASTORAL VOCACIONAL: ¿CÓMO PUEDO CUIDAR MI VOCACIÓN?

viernes, 28 de septiembre de 2007

¿CÓMO PUEDO CUIDAR MI VOCACIÓN?

1. atiende tu vida de oración y tu vida sacramental, principalmente la recepción de la Eucaristía y la confesión, así podrás disponer mejor tu alma a escuchar lo que Dios te vaya pidiendo.

2. Tener comunicación frecuente con un sacerdote que te esté orientando o ayudando para ingresar al seminario.

3. Mantenerte informado del PRESEMINARIO para poder participar en el proceso vocacional que te permita ir dando los pasos necesarios para entrar el próximo curso

4. Aprovechar tu tiempo en trabajar o estudiar siguiendo tu carrera si es que ya las habías empezado o, si no habías entrado todavía a la universidad, estudiar algo que te pueda servir después como idiomas, computación, etc

En general cuida tu alma y tu vocación, para ello no la expongas. Ten presente que es un tesoro que no todos aprecian, por ello, cuídala

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COMPARTIENDO MI EXPERIENCIA VOCACIONAL

Mi Vocación al Sacerdocio P. Raúl Martínez Vargas 1. PRESENTACION: ¿QUIEN SOY? Mi nombre. Raúl Martínez Vargas. Nací un 31 de Mayo de 1969 en Soto Maynez Chih., En la Parroquia de Santa Ana, el sexto de 7 hijos Fui bautizado en Cd. Madera Chih. Un 2 de noviembre de ese mismo año. Y confirmado en la parroquia de Santa Ana a la edad de 12 años. Cursé mi educación primaria y secundaria en mi tierra natal, posteriormente ingresé al CBTa 124 en Cd. Madera Chih. Graduándome de técnico agropecuario en el año 1989. Ingresé al Seminario Conciliar de la Purísima Concepción en Guadalupe; Zacatecas en el año 1992 donde cursé la etapa del curso introductoria y la etapa de Filosofía. En el año 1995 fui enviado a estudiar la etapa de Teología al Seminario Diocesano de Cd. Juárez, Chih, misma que concluí en el Seminario Arquidiocesano de Chihuahua. Al terminar los estudios en el Seminario, fui ordenado diacono en la Co-catedral de Cd. Madera Chih, el 15 de Septiembre de 1999 junto con Sergio Balderrama y enviado a colaborar en la Pastoral de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Madera, Chih. Y ordenado sacerdote para esta Diócesis el 17 de marzo del 2000 en la Co-catedral de Cd. Madera. Por el Excmo. Sr. Obispo Dn. Juan Guillermo López Soto. Siendo así el primer sacerdote del milenio ordenado para esta Diócesis. El año 2002 fui enviado a la Parroquia de Ocampo y Moris y el 2004 a la Parroquia de San José donde actualmente ejerzo mi ministerio. Colaborando también en la Pastoral Vocacional Diocesana. El mes de Enero del presente año, tuve la oportunidad de asistir a un curso de Renovación sacerdotal en Tierra Santa después de seis años de ordenado sacerdote… un regalo de Dios para renovarme en esta hermosa vocación. 2. MI LLAMADO. No sabría decir cuando comencé a ser consciente de la llamada de Dios, pero si recuerdo nítidamente el día en que por primera vez experimente y saboree la sensación de ser llamado y elegido. Tenía seis o siete años aproximadamente, cuando una tarde del jueves santo me acerque a la Iglesia para la celebración de la cena del Señor, movido seguramente por la curiosidad, por la gente que se aglomeraba en ese lugar, sin embargo en cuanto me planté en la puerta, una catequista me pidió que me sentara en una banca especialmente arreglada, era la banca asignada para los que representarían a los apóstoles. Recuerdo que con mucha timidez mezclada con alegría y sorpresa, me dirigí a ocupar ese lugar, donde quedaba yo en una enorme banca que nadie quería ocupar, y que al final no fue completada con los 12 lugares designados, sino con la mitad o menos, porque yo no sabía en ese momento, que tenían que ser doce…. Después lo comprendí. La catequista me puso en mi camiseta un pescadito de cartulina con la palabra: “apóstol”. Un pescadito que guardé con mucho cariño y orgullo de haberme sentido elegido para un enorme papel. Recuerdo que desde muy niño, experimentaba un gusto por la Iglesia y por la Palabra de Dios que hoy veo como verdaderos signos de una llamada, de una vocación para algo muy especial. Lo que me parece, fue muy importante y decisivo para discernir lo que Dios me estaba pidiendo fue un momentito de oración frente a Jesús sacramentado. Estoy seguro que esto es algo fundamental para cada joven, antes de dar cualquier paso en la vida. Detenerse un instante frente a Dios Nuestro Señor y decirle: Señor, tú me has creado, aquí estoy, no se que planes tienes tú para mí, pero sea lo que sea estoy en tus manos… a partir de ese momento, El Señor me fue dando las pistas necesarias para llevarme hacia este camino que elegí libremente a pesar de mis limitaciones humanas. A pesar de que constantemente decía, ¿porqué yo Señor? Existen otros que son más capaces que yo. Hasta que comprendí que el Señor me llamaba, no porque yo fuera el mejor, el más bueno, el más capaz. Si no por sus méritos y su infinito amor. Entonces, cuando se comprende esto, solamente resta dejarse moldear por Él que es el alfarero, dejarse formar para una misión… recordando que cuando Dios nos pide algo, nos va dando lo que necesitamos para responderle. Me gusta mucho la imagen del vaso de barro en manos del alfarero, porque esa ha sido mi vida, un instrumento de Dios que no deja de ser frágil, pero tampoco deja de sentirse en las manos de aquél que en mi adolescencia me tomó y me sigue sosteniendo día con día. Y comprendo que Dios ha hecho un regalo para su pueblo a través de mí, el regalo del sacerdocio, a través del cual el Señor sigue prolongando su presencia, sigue bendiciendo, alimentando, sanando, perdonando, recibiendo en cada sacramento, en cada eucaristía. La oración como aquel momentito frente al Santísimo Sacramento, se ha vuelto el fundamento de mi ministerio.
Una oración que dirigía al Señor en los ejercicios espirituales previos a mi ordenación sacerdotal y que sigo haciendo constantemente es esta que quiero compartir con hoy contigo. Muy sencilla pero que encierra el deseo constante de responder al Señor cada día, de una manera nueva y generosa: En el amanecer de mi vida
Escuché tu voz
Desperté al instante y corrí hacia ti
Me condujiste por sendas inimaginables
Hoy que miro hacia atrás
Reconozco cuanto me has hecho avanzar
Sin embargo me doy cuenta
cuánto me falta por recorrer
Y de nuevo te digo
Aquí estoy Señor,
para volver a empezar.

Hoy que estoy al frente de una comunidad Parroquial, me siento muy feliz y contento porque el Señor se fijó en mí. Me siento querido y aceptado por mi comunidad y también siento amar profundamente a esa comunidad, amo lo que Dios hace a través de mí a favor de su pueblo y descubro cada día algo nuevo y maravilloso en este camino… me gusta mucho trabajar con los matrimonios, no porque anhele una vida matrimonial, sino porque siento que mi vocación está a favor de la familia y del matrimonio, debo de proteger y defender la integridad de los hogares. Me gusta también compartir con los jóvenes y con los niños, porque siento que es la etapa de la vida donde lo que se siembre, por muy pequeño que sea, los frutos son más abundantes, por ser esa etapa el tiempo de la siembra… me interesa que los jóvenes descubran su lugar, que es muy importante, en la familia, en la sociedad… los jóvenes son importantes no sólo en el periodo de la votaciones, sino siempre… son el presente y el futuro de nuestro mundo… si cada quien descubre su lugar en este planeta, no habrá suicidas, alcohólicos, drogadictos, si cada quien descubre su misión en esta vida, se realizará como persona y como hijo de Dios en un servicio que brinde a la humanidad y que le ayudará a alcanzar la felicidad ya desde este mundo… Dios nos quiere felices ya, no está esperando a que muramos para empezar a dejarnos disfrutar de la vida que él nos regala…. De ahí la importancia de ayudar a que cada quien descubra su vocación, es una responsabilidad de todos, no podremos ser el Pueblo de Dios si dejamos que los jóvenes se pierdan por otros caminos… no estaremos respondiendo a Dios como Iglesia, si no ayudamos a que cada quien descubra su función en el cuerpo de Cristo para que se ponga en sintonía con él. De ahí la responsabilidad de cada padre y madre de familia, que debe de estar en sintonía con el plan que Dios ha trazado para sus hijos, no jalar la cuerda para otro rumbo, sino hacia donde Dios quiere… la responsabilidad de los educadores, de los maestros, que deben ayudar a los jóvenes y niños a que descubran sus cualidades y las desarrollen, la responsabilidad de las autoridades, creando espacios para los jóvenes y propiciando una formación integral. De los pastores de la Iglesia, acompañando a los jóvenes en su discernimiento vocacional. Haciendo oración constantemente a Dios por ellos, como nos lo pide el Señor: rueguen al dueño de la mies, para que envíe operarios a trabajar en sus campos.

CARTA PASTORAL

"CONFIADO EN TU PALABRA"

SEPTIMA PARTE: PRIORIDADES PASTORALES
107.- JOVENES.
No cabe duda que en la Pastoral de Juan Pablo ocupan un lugar destacado los jovenes y es que ellos "son una gran fuerza social y evangelizadora" (EA 47) y "son el presente y el futuro de nuestra sociedad". por ello constituyen un desafío a la sociedad y a la Iglesia en México". afirman los obispos mexicanos (Del encuentro, 398). por otra parte, muchos jóvenes son victimas del empobrecimiento y de la marginación social, de la falta de empleo y subempleo, de una educación que no responde a las a las exigencias de sus vidas, de narcotráfico... de alcoholismo"... (SD 112).
108.- Por todo esto, es importante darle un impulso decidido a la pastoral juvenil. Para ello, es necesario capacitar a los agentes de pastoral para el trabajo de los jóvenes. recordemos que la mejor manera es que los jóvenes sean evangelizados por los mismos jóvenes.

Para qué es un preseminario?

Ayuda a esclarecer las inquietudes que
manifiestan los adolescentes y jóvenes por la vida sacerdotal y consagrada.

Dios llama a personas concretas, para realizar una
misión
determinada, claro, siempre en beneficio de su pueblo. Dios habla y llama através de las necesidades y acontecimientos; toda vocación es la respuesta a
la necesidad de una comunidad.Por eso, un objetivo primordial del
Preseminario
es ayudar a esclarecer las inquietudes que manifiestan los
adolescentes y
jóvenes por la vida sacerdotal y consagrada (misonera,
religiosa). La vocación
desde el ángulo de la fe, es dejarse llamar a la
vida en plenitud por el mismo Dios conforme a un proyecto realizado por Cristo y manifestado en la iglesia. El preseminario convoca a quienes creen que sienten este llamado al servicio a sus semejantes. Para ello se ofrecen elementos de ayuda para el crecimiento
humano-cristiano que despierta en los
preseminaristas las bases para ingresar o
no específicamente a la vida consagrada; por otra parte, es una oportunidad para
que los muchachos
compartan inquietudes, sueños, ideales iniciándose así en las
lides de la amistad.El preseminario es pues, un momento importante para comenzar la
"carrera del maratón" de la vida en el desarrollo específico de una vocación,
encaminada al ya citado servicio y glorificación de Dios y, a su vez, la realización y crecimiento personal.No es en sí, el discernimeinto
propiamente
dicho, sino el inicio de éste; discernimiento que no será sólo
personal (auque
sí el aspecto más importante), sino eclesial, ya que se está
inmerso en la misma
realidad de la Iglesia y se requiere el apoyo de los mismos miembros de ésta. El Preseminario es la puerta de este proceso de toma de
conciencia-discernimiento-apropiación de la propia vocación.Con este trabajo
pretendemos mostrar algunas de las actividades, de los medios necesarios, de las reflexiones... en fin, queremos que sea una ayuda para
aquellos que, con
ilusiones y con alegría toman las redes recibidas de manos
del Señor Jesús y son
el medio para atraer los "peces" que se convertirán en
los mismos "pescadores
del Reino".

viernes, 28 de septiembre de 2007

¿CÓMO PUEDO CUIDAR MI VOCACIÓN?

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TU TIENES VOCACIÓN!!!

JORNADA VOCACIONAL NAVIDEÑA EN CUAUHTÉMOC, CHIH.

LA VOCACIÓN ES UNA SEMILLA MUY DELICADA QUE SE HA DE CUIDAR CON PACIENCIA, ESPERANZA Y AMOR

MARÍA

LA EUCARISTÍA

AQUÍ ESTOY SEÑOR

COMPARTIENDO MI EXPERIENCIA VOCACIONAL

UN PASO AL FRENTE

grupo de jóvenes "KORIMA" Parroauia San José

CARTA PASTORAL

cuanto ruido

Para qué es un preseminario?

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